lunes, 9 de febrero de 2009

EL NIÑO EXTROVERTIDO Y EL NIÑO INTROVERTIDO. | Todo Para Peques

Un pequeño entre los 5 y 7 años, quien experimenta nuevas sensaciones cuando inicia la primaria, comienza a mostrarse realmente como es y, en ocasiones, su temperamento puede afectar su desempeño escolar y su manera de relacionarse con maestros y compañeros de clase.

Según los expertos, un niño extrovertido, que despliega energía y emoción al relacionarse con los demás y con su entorno, aprende mucho más cuando habla e interactúa, pero tiende a meterse en más problemas que un niño introvertido, debido a que está todo el tiempo molestando a los vecinos, corriendo, silbando y pidiendo respuestas.

Por su parte, un niño introvertido prefiere estar con personas muy conocidas y aprende mejor mediante la observación y la reflexión. En general, obtiene un refuerzo positivo del maestro al permanecer en silencio y no interrumpir la clase (para los demás compañeros, esta actitud puede ser mal vista).

Reconocer la personalidad de tu hijo y comprender su comportamiento en ciertas situaciones.

SI ES INTROVERTIDO

Habla con su maestro. Al comienzo de cada año escolar, dile al docente que tu hijo necesita tiempo para adaptarse antes de participar en las actividades del curso. Esto es útil para que se sienta bien por la actitud en clase de los demás compañeros, sobre todo aquellos que son muy activos.
Dale tiempo para responder. Un niño introvertido medita las cosas y evita hablar hasta saber realmente qué quiere decir. Respeta su ritmo y no completes sus frases.
No lo bombardees con preguntas. Esto lo hará retraerse más porque necesitará reflexionar sobre cada una. Habla con él de tu día.
Respeta sus preferencias sociales. Si le preguntas a quién va a invitar a su fiesta de cumpleaños, es posible que sólo dé el nombre de uno o dos niños. Trata de recrear una actividad divertida para los tres. Cuando asista a la fiesta de uno de sus compañeros, llega temprano a la reunión con el fin de darle tiempo para socializar.

SI ES EXTROVERTIDO...


Permítele pensar en voz alta. Según los expertos, en un niño extrovertido las palabras salen de la boca, van a los oídos y luego al cerebro. Cuando las expresa las está formando y si lo interrumpes, perderá el hilo de lo que estaba pensando. Anímalo a continuar con su charla: expresa un “humm” o “ya veo” hasta que concluya su idea.
Enséñale a esperar su turno. Para ayudarle a desarrollar la paciencia, prepara con él la cena, siembra una semilla o compitan juntos en un juego de mesa en el cual deban tomar turnos. Después de un día de colegio, el niño estará deseoso de contarte cómo le fue. Hacerlo le ayuda a darle sentido a sus experiencias.
Ten presente que su exageración es normal. Tu hijo no está tratando de engañar a nadie sino que dice lo primero que se le ocurre para caerle bien a la gente. Si tu hijo miente, dile: “tienes mucha imaginación”. De esta forma, la otra persona sabrá que tu hijo miente o exagera sin hacerle pasar vergüenza a tu pequeño. Cuando estés a solas con él, hazle entender la importancia de la honestidad.
Debes comprender que para él es difícil hacer las cosas solo. Si le pides que arregle su cuarto, es muy posible que lo haga a medias. Tampoco se trata de hacerle sus tareas, sino de acompañarlo y brindarle apoyo.

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