De esta forma puedes evitar en parte que se excite, que pierda el pezón o la tetina y aún se pongan más nervioso. Estos masajes se pueden acompañar con música clásica para transmitir aún más tranquilidad y relajación, con un mínimo esfuerzo por tu parte, lograrás el sosiego necesario para tu bebé. Además este tipo de contacto ayuda a establecer los lazos con mucha más fuerza.
Cuando un bebé es seriote, realizarle unos masajes circulares con los dedos índice y corazón partiendo desde el entrecejo trazando círculos hasta llegar a las sienes y finalizar alisando su frente con la palma de la mano, siempre con movimientos muy suaves hacia arriba y hacia los lados.
Si el bebé es nervioso, el masaje se realizará por medio de unos “ochos” que describiremos con los dedos índice y corazón en la frente y en las sienes acabando con el movimiento de alisamiento con las palmas de la mano desde el centro de la frente hacia las sienes.
Un bebé juguetón es, eso, juguetón y por consiguiente el masaje debe darse con un ánimo un poco más “festivo”, a través de un suave tamborileo rítmico sobre las mejillas y la nariz con las yemas de los dedos. Este masaje le reconforta mucho.
Con un bebé tranquilo el masaje surte un efecto muy relajador que otorga sosiego y se refleja en él. Con la palma de las manos, debemos provocar unas pequeñas vibraciones en sus mejillas, podemos acompañar este masaje con una bonita canción y moveremos la cabeza con gestos expresivos de un lado al otro.
Hay que recordar que los masajes además, favorecen el desarrollo en muchos sentidos. Pasaremos un buen rato nosotros y sobre todo el bebé, que agradecerá la atención y los mimos que le dedicamos.
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