Comprarle una mascota a los hijos no es asunto de elegir el animal que más les gusta, implica saber qué animal es el adecuado según la edad de los niños, tener claro cuáles son las ventajas y desventajas de ciertas mascotas además de saber los cuidados que requiere cada animal.
Las mascotas ayudan a desarrollar el sentido de responsabilidad en los niños, además de contribuir a que sean más felices y sociables.
El hecho de tener una mascota, les representa a los pequeños un sentido de compromiso y ayuda que les permite cultivar sentimientos de comprensión y afectividad.
Pero para adquirir un animal de compañía debemos empezar por conocer las diferentes opciones de mascotas y lo convenientes que pueden ser según las circunstancias de cada niño.
Es claro que la mayoría de padres piensan en animales que se puedan tener en casa, bien sean domésticos o pequeños animales de jaula. Roedores, canarios, periquitos son animales de jaula fáciles de trasportar y de cuidar, sin embargo no son aconsejables para niños de tres a cinco años pues a esa edad los pequeños aún no controlan su fuerza y pueden hacerle daño al animal.
Algunos padres prefiren las tortugas por ser animales pasivos y porque los cuidados que demandan son sencillos, además que por su aspecto son animales atractivos para los niños. El inconveniente es que no es fácil establecer un vínculo fuerte de cariño y en consecuencia los pequeños terminan olvidando que deben atender al animal.
Otras mascotas, que sin duda son las mejores y más apetecidas, son los perrro y los gatos. Gracias a las expresiones de cariño que trasmiten se convierten en verdaderos animales de compañía y en un miembro más de la familia. Sin embargo, debe tenerse en cuenta el tamaño que llegará a alcanzar el animal en su edad adulta, las posibles alergias que puedan causar (en especial los gatos) y percatarse que son los animales domésticos que más cuidados demandan.
Por lo anterior se aconseja que esta clase de mascotas sean para niños de 6 a 13 años debido a que en esta edad se comienza a enfatizar el sentido de la responsabilidad y a traducir con hechos lo que se les inculca, y que mejor compromiso que el de velar por el bienestar del animal.
Pero ¿Cómo saber que los niños realmente desean una mascota y están decididos a cuidarla?
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