Había una vez un niño que no quería ir al cole y hacia cualquier cosa por acostarse lo más tarde posible, su mamá le decía que si no dormía no podría aprender en el colegio nada porque tendría sueño.
- Vamos, Adrián, a la cama -.
- Jo, mami… un poquito más, déjame jugar un poquito más -.
- No puede ser Adrián, mañana tienes que madrugar para ir al cole -.
- Pero es que yo quiero jugar a los coches, mami… -.
- No Adrián, aún tienes que lavarte los dientes, venga, date prisa -.
- ¡jo!... que rollo, siempre igual – dijo Adrián enfadado -.
Adrián se lavó los dientes y se metió en la cama.
- Buenas noches mamá, dame un besito -.
Su mamá le dio un beso de buenas noches y apagó la luz.
Pero Adrián que no quería dormir se levantó de la cama y estuvo corriendo por el pasillo para arriba y para abajo, para arriba y para abajo.
Entonces sus papás se enfadaron y le dijeron:
- Adrián, si te vuelves a levantar te quedarás sin tus coches favoritos -.
Y Adrián se quedó en la cama pensativo: “jolines, que rollo… siempre tengo que acostarme pronto mientras mis papás ven la tele, y yo aquí, en la cama durmiendo”.
A la mañana siguiente, Adrián se levantó de la cama y fue al baño, pero cual fue su sorpresa al ver que ya era mayor.
Salió gritando:
- ¡Mamá, mamá, que bien, ya soy mayor, ya no tendré que ir al cole ni hacer los deberes! -.
Entonces su madre que era viejecita le dijo:
- Anda, Adrián, léeme está carta del tío Pepe que yo no veo bien -.
Y Adrián se dio cuenta de que no sabía leer.
- Mamá, no sé leer… -.
- Es cierto – dijo su mamá – como no quisiste ir al cole no sabes leer -.
- Bueno, pues ves a la carnicería y me compras unos filetes para comer -.
Adrián fue a la carnicería a comprar, pero se dio cuenta de que tampoco sabía contar el dinero para pagar.
Cuando llegó a casa, estaba muy triste.
- Mamá, tampoco he sabido contar el dinero para pagar la compra -.
- Bueno hijo, no te preocupes – dijo su madre – no querías ir al cole y no has ido, ¿Por qué ahora no estás contento? -.
- Porque no sé nada de nada mamá, no sé leer, no sé escribir, no sé contar, no sé nada de nada -.
- Hijo, ¿Qué querías ser cuando fueras mayor? -.
- Médico – dijo Adrián.
- Pues para ser médico tienes que estudiar mucho, y estudiar mucho desde pequeñito, porque sino no podrás cumplir tus sueños -.
Entonces se oyó la voz de su madre que decía:
- ¡Adrián, Adrián, date prisa o llegarás tarde al cole! -.
Adrián se dio cuenta de que lo había soñado todo y que seguía siendo un niño, se levantó de un salto de la cama y le dijo a su mamá:
- Mami, voy a ir al cole todos los días, llegaré el primero y haré muy bien los deberes porque de mayor quiero ser médico, ¿sabes? -.
- Me parece muy bien hijo, ¡que contenta y que orgullosa estoy de ti!, estoy segura de que serás un gran médico -.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Autora: Maria Ortiz Ortega
martes, 4 de marzo de 2008
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