La capacidad del cerebro para aprender una lengua está en pleno potencial durante los primeros años de vida. Esto no se da solamente en el caso de la lengua materna, sino también en el caso de una segunda lengua, ya que el potencial del cerebro para aprender idiomas se hace presente desde los primeros meses de vida. Si esta habilidad no es utilizada, el potencial irá decayendo paulatinamente. Los últimos estudios comprueban que el cerebro usa el mismo mecanismo de aprendizaje para diferentes idiomas cuando se realiza a temprana edad. Lo importante es resaltar que en los primeros años de vida el cerebro pasará por un cambio significativo tanto en tamaño como en funcionalidad, cosa que no volverá a darse en ninguna otra etapa posterior, lo cual lo deja potencialmente apto para todo tipo de aprendizaje.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, utlizando la resonancia magnética funcional (fRM) y tomografías por emisión de positrones (PET), pudieron observar cuáles eran las áreas del cerebro activadas mientras se ejecutaban tareas del espectro linguístico. En el caso de las personas bilingües, se pudo observar que las áreas activadas tienden a ser las mismas, tanto para el idioma materno como para un segundo idioma, cuando este último fue aprendido o adquirido desde los primeros años de vida. Los que aprendieron una segunda lengua de manera tardía, tenían una separación espacial en la zona de la corteza cerebral relacionada con el lenguaje. En estas personas se activaban otras áreas y la destreza en el procesamiento y en la expresión era significativamente inferior en comparación con las que que aprendieron la segunda lengua a muy temprana edad.
En el siguiente cuadro presentamos los resultados en la investigación de las doctoras Johnson y Newport sobre un grupo de inmigrantes en Estados Unidos. Las diferencias eran marcadas a medida que la edades en las que aprendieron la segunda lengua aumentaban, tal como se detalla a continuación:
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell, utlizando la resonancia magnética funcional (fRM) y tomografías por emisión de positrones (PET), pudieron observar cuáles eran las áreas del cerebro activadas mientras se ejecutaban tareas del espectro linguístico. En el caso de las personas bilingües, se pudo observar que las áreas activadas tienden a ser las mismas, tanto para el idioma materno como para un segundo idioma, cuando este último fue aprendido o adquirido desde los primeros años de vida. Los que aprendieron una segunda lengua de manera tardía, tenían una separación espacial en la zona de la corteza cerebral relacionada con el lenguaje. En estas personas se activaban otras áreas y la destreza en el procesamiento y en la expresión era significativamente inferior en comparación con las que que aprendieron la segunda lengua a muy temprana edad.
En el siguiente cuadro presentamos los resultados en la investigación de las doctoras Johnson y Newport sobre un grupo de inmigrantes en Estados Unidos. Las diferencias eran marcadas a medida que la edades en las que aprendieron la segunda lengua aumentaban, tal como se detalla a continuación:
Edad en que empezó | Fluidez al hablar |
0 a 3 y 3 a 7 años | No se discernía acento |
8 a 10 años | Presencia de acento en un 20% |
11 a 15 años | Presencia de acento en un 50% |
16 años a más | Presencia de acento en un 85% |
El éxito en el aprendizaje de una segunda lengua no depende entonces de cuánto tiempo la persona lo ha estado hablando, sino desde cuándo lo empezó a hablar. Sin embargo, aunque la ventana de oportunidad para el aprendizaje de una segunda lengua esta abierta al máximo durante los primeros 10 años de vida, aprender un idioma en otras etapas no es imposible, pero se hace más complejo.
Fuente: Johnson, J. & Newport, E.: "Critical period effects of universal properties of language" (1991).
Enlaces relacionados:
The yellow pencil - inglés fácil para niños.
Aprende inglés con Pipo - una forma natural y divertida de aprender inglés.
0 comentarios:
Publicar un comentario